Manifiesto para la eternidad de mis sentidos

A los que “viven” como volando

Siempre estaréis ahí, os veo…

Aunque me tengáis tan lejos,

Apegados a mi suerte os tengo

Dibujados en mis adentros…

Latiendo por todos mis sentidos

Asomáis por entre ellos, sin quererlo

Obedeciendo muy calladamente,

Con la suave docilidad de perro.

Mañana, me veré con todos…

A donde se van los cuerpos

Que dejan ya su alma suspendida.

Allí, irremediablemente habrá que ir

Silenciando los pasos y el latir,

Y los surcos de la vida…

… Ya desnudos, sin atavíos

De riquezas y de pobreza…

Todos vendréis conmigo de una mano

Como almas compañeras,

Al hogar de los destinos inciertos

Donde nadie ir quisiera…

Fernando Castaño. Viejos poemas del año 1975